Nada más alejado de la realidad en este momento de mi vida que la nostalgia, la tristeza o la resaca emocional, sin embargo, al igual que el resto del mundo -sin excepción- he transitado la ruta del despecho varias veces. Estos poema-pastilla surgieron luego de destilar por años, una y otra vez, esas emociones.
Instrucciones: Tomar uno dos veces al día por siete días. Si los síntomas persisten, consulte a su psiquiatra.
Lunes
Cuando despierto, encuentro sueños regados en la almohada, visiones oscuras, húmedas. Me sacudo la nostalgia y cepillo mi ya lustrada tristeza, como queriendo encontrar nuevas excusas para el olvido.
Martes
Mientras recuerdo, tu presencia fortalece el débil nexo que aún me ata a la realidad. Cuando ya no te piense también yo me habré ido.
Miércoles
Colgué mis silencios en tu ausencia, hasta secarlos de recuerdo y poder volver a usarlos sin que me hablaran de ti.
Jueves
Cientos de hectáreas de piel cultivada a fuerza del roce y el contacto. Vastas extensiones desiertas sin otra presencia que un par de sombras que aún parecieran labrar caricias en lugares imposibles. El espacio cruel que separa nuestros cuerpos.
Viernes
No equivoco el olvido. Sólo lo confundo para no sentirme triste.
Sábado
Te pienso de nuevo, agotando lo que queda de realidad.
Domingo
No es lo que siento sino lo que temo sentir si suelto las riendas de emociones que se destejen en tardes frías cuando se hace evidente que ya no estás.
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